La comunicación de una empresa o de una entidad siempre debe estar regida por un
plan de acción. Eso significa que la transmisión de contenidos no debería ser aleatoria ni espontánea si lo que se quiere es crear una audiencia y un diálogo claro, fluido y constante en el tiempo con ese público que asista por interés o por necesidad a recibir la información que tenemos para proporcionales.
Por tanto es importante crear una
estrategia de contenido que siempre se vinculará con el objetivo que se tenga. No es la misma necesidad de transmisión de información que tiene, por ejemplo, una empresa consolidada, que la que tiene un sector con productos o servicios emergentes y con intención de posicionarse en un público determinado. En este segundo caso se tendrá que elaborar un plan que vaya de lo más amplio a lo más pequeño en cuanto a información acerca de la empresa se trata.
Guía estratégica de contenido para empresas consolidadas
Si tu plan de redacción es para una
empresa que ya tiene una posición dentro del mercado pero que busca generar algunos nuevos clientes y mantener vivo el intercambio con los que ya se tiene, los pasos iniciales tienen que vincularse con el fortalecimiento de los valores de la marca o la referencia a la trayectoria.
Sin embargo, a diferencia del otro tipo de plan de acción que voy a presentarte,
no tiene una secuenciación lineal. En este desarrollo se tiene que incorporar contenido para que aquellos que ya tienen un lazo con la marca, no se sientan desatendidos. Es así como es bueno incorporar datos acerca de usos, dar consejos sobre el ámbito en el que se desenvuelve el campo de acción de la empresa, vincular con noticias de la actualidad en las que el sector tenga incidencia.
Podríamos identificar esta estrategia de contenido con la figura de
la copa de un árbol. Un contenido troncal pero con ramificaciones que direccionen hacia otros horizontes, sin perder el vínculo con el centro.
Guía estratégica de contenido para empresas emergentes
Es un caso muy diferente el que presentan las
empresas emergentes o con necesidad de posicionar sus productos en un determinado nicho de mercado. Esta estrategia de contenido es más semejante a la imagen que da el tronco de un árbol. Requiere primero la consolidación de la marca y la imagen empresarial.
Las primeras campañas de contenido tendrían que vincularse con la
suma de elementos que dan sentido a la empresa, los ámbitos de acción, el público esperado; es decir, todo lo que hace a las raíces y el modo en que la compañía se arraiga al suelo. Una vez que desde la presentación de la marca se haya obtenido una respuesta se podrá avanzar con contenido que aporte crecimiento y sume nudos a esa madera del tronco que será la que sostenga toda la estructura a futuro.
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